Tradicionalmente se afirma que la diferencia entre lengua y dialecto es un concepto derivado de las circunstancias históricas en las que se desenvuelve un sistema lingüístico. Es decir, no son razones lingüísticas sino extralingüísticas las que determinan que una forma se hablar se alce por encima de sus coetáneas y adquiera prestigio, difusión y consistencia, convirtiéndose en una lengua literaria o de cultura.
El porqué hay que buscarlo más en razones políticas, sociales, geográficas, culturales, etc. más que en cualidades internas de dicha forma de hablar.
Sin detenernos a analizar con detalle si esta afirmación puede aplicarse a todos los casos, lo cierto es que esa modalidad elegida será la que recibirá cultivo literario, apoyo político, cuidado, etc. y en la que con toda probabilidad se desarrollarán los actos comunicativos relevantes y las obras de alto valor estético. Mientras, sus coetáneas se verán reducidas a un uso social y geográficamente delimitado, menor prestigio, etc. y pasarán a convertirse en modalidades locales, dialectalizadas.
El concepto de dialecto
…toda lengua ha llegado a serlo a través de un proceso histórico y, a lo largo de ese tiempo, se la ha identificado con una o con varias comunidades, y esa identificación determina, por parte de sus hablantes y de los hablantes de otras comunidades, ciertas actitudes que atañen, entre otras cosas, a algo tan fundamental como su prestigio (Pilar García Mouton)
Los dialectos son considerados como el archivo de las tradiciones, las creencias, como el registro de los avatares socioculturales de un pueblo. En ellos se guarda la riqueza de la cultura y la historia y sin duda son un tesoro para el filólogo y el etnolingüista.
El prestigio de los dialectos
Pero, ¿tienen prestigio los dialectos? Afirma Pilar García Mouton que no hay problemas teóricos pero sí connotaciones extralingüísticas, de forma que
Sólo cuando el hablante dialectal es dueño, además, de una lengua de cultura que le permite acceder sin complejos a cualquier actividad social, está en condiciones de valorar su dialecto como un bien propio.
Así de simple y esclarecedor. Sólo para el hablante que, porque quiere, habla el dialecto, encuentra en ello el gusto de la identificación de cultura y su identificación lingüística particular. Mientras que quien no puede «salir» del nivel dialectal puede ver en esta expresión un techo sociolingüístico no siempre ventajoso.
¿Cuál es tu lengua y dialecto y qué ventajas o dificultades encuentras en su uso en las circunstancias particulares de tu vida?
Lectura recomendada
Pilar García Mouton, Lenguas y dialectos de España, Madrid, Arco/Libros