Los archivos, bibliotecas y museos se identifican de forma rápida con unas siglas que recogen su nombre completo y en ocasiones la localidad. Este procedimiento es útil en la investigación y catalogación y se ha convertido en una designación cotidiana para muchos de nosotros.
Entre sus ventajas hay que decir que es eficaz, tiene inmediatez y univocidad a la hora de identificar la procedencia de un documento. Se usan pues en cualquier referencia escrita y evita citar el nombre completo de forma reiterativa.
La sigla es una ‘palabra formada por el conjunto de letras iniciales de una expresión compleja’ (DRAE, s.v.) y su finalidad es justamente ahorrar letras o espacio en la escritura.
Pero, ¿y en lo oral? En una época en la que la lengua española se ha aficionado a palabras breves e inmediatas, y en la que buena parte de nuestra documentación es por escrito, algunas de estas siglas han triunfado. A diferencia de otros idiomas, el español no tiene esa afición a la lectura silábica, sino que trata de «leer» la abreviatura como una palabra. Por ello, no creo que mucha gente diga «voy a la BNM»; es decir, en español no tenemos tendencia a pronunciar «beeneeme» ¡para eso decimos el nombre completo! Pero sí decimos «voy al AGI», «este documento es del AGI», simplemente porque la abreviatura es pronunciable y resulta adecuada para la estructura silábica del español. Claro que hay que ser un iniciado y estar en el ajo para enterarse… pero seguro que todos conocemos PARES.
Las citas de los documentos
Es necesario, pues, que nuestro uso a la hora de citar procedencia de documentos, referencias, etc, coincida con la práctica estándar y respetemos la asignación de siglas regularmente establecida. Es decir, aunque digamos Archivo de Indias, a la hora de escribir su identidad abreviada, es importante conservar la G de «general» y escribir AGI. Este es un aspecto que hay que cuidar siempre y que a veces los investigadores noveles tienen cierta inadvertencia.
Ante la duda, podemos mirar la web de la institución, que en algunos casos indica no sólo cómo citar el archivo, sino incluso la propia documentación, como puedes ver en la página del AHPG (exacto, lo has adivinado, el Archivo Histórico de Protocolos de Gipúzcoa). Fíjate que en este caso, se recomienda una identificación del archivo con dos siglas, AHPG-GPAH, en español y en euskera. Esta en una práctica habitual en las comunidades autonómicas que tienen otra lengua oficial, además del español.
Listado de abreviaturas de archivos españoles
A continuación tienes un breve listado de los archivos generales españoles:
ACA Archivo de la Corona de Aragón (Barcelona)
AHN Archivo Histórico Nacional (Madrid)
AGS Archivo General de Simancas
AGI Archivo General de Indias (Sevilla)
AGA Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares)
AGRV Archivo General del Reino de Valencia
ANC Archivo Nacional de Catalunya
AGN Archivo General de Navarra
AGM Archivo General de la Marina
AGPN Archivo General del Patrimonio Nacional
ARCV Archivo de la Real Chancillería de Valladolid
RARG Real Archivo del Reino de Galicia
SHM Servicio Histórico Militar
¿Cómo citar un documento?
A continuación del nombre del archivo, irá la referencia del documento. Hoy, día de San Juan Pablo II, tienes aquí un breve de un predecesor suyo, Julio II, del AGS,PTR,LEG,60,DOC.72:
[…] Los archivos y bibliotecas se identifican de forma estable con unas siglas. En una próxima entrada te explico cuáles […]
[…] un auténtica satisfacción, tanto por la riqueza de los fondos del Archivo General de Indias (AGI), como por la facilidad de consulta en línea a través de la plataforma […]