Conceptos básicos, Recursos

Las cartas de particulares americanas del siglo XVI

por Eva Bravo

La documentación indiana escrita por particulares desde el siglo XVI es amplísima en cuanto a su concepción e intereses. Podían ser enviadas a familiares o deudos (carta privada) o bien remitirlas a organismos oficiales o a determinadas personas en razón de su cargo.

Las opiniones, apreciaciones personales, dudas y requerimientos se esparcen por este amplio material. En él podemos encontrar indicaciones sociolingüísticas explícitamente aportadas por el emisor, aunque otras deban ser desentrañadas con el análisis del acto comunicativo y su valoración en función del hablante, tipo de texto y receptor del documento.

Que la correspondencia con las Indias sea libre…

«Que la correspondencia con las Indias sea libre y sin impedimentos»

recopilación leyes

Con esta contundencia se expresaba la disposición dada por Carlos I el 11 de enero de 1541 (Recopilación ley VI, tít. XVI 1ºIII).

Puesto que la Corona lo permitía y los individuos querían y deseaban esta correspondencia[2] (ya fuera por obtener algún beneficio económico o social, o bien por tener alguna noticia de los parientes), esta premisa se cumplió en una magnitud que no conoce la historia documental, por lo menos hasta los Siglos de Oro.

Asimismo, la Corona dio indicaciones sobre cómo habían de escribirse estas cartas:

«procurando que el estilo sea breve, claro sustancial y decente sin generalidades, y usando de las palabras que con más propiedad puedan dar a entender la intención de quien las escribe» (Recopilación tít. XVI, 1º III, ley 1, octubre, 1575).

La situación que propició este desbordamiento documental la describe expresivamente un insigne archivero del Archivo General de Indias, José Mª de la Peña y Cámara:

AGI 

«No sólo producen documentos en abundancia y desde el primer momento de la empresa de Indias los órganos burocráticos metropolitanos, sino los caudillos y huestes que van efectuando la penetración y población de los grandes espacios americanos, y después de ellos las autoridades todas y los particulares que allí se afincan.[…] El descubridor, el poblador, el fraile, el jesuita, el encomendero, el arbitrista, llenan incansables folio tras folio, en los que narran, piden, proponen, reclaman, protestan, se agravian, en juicio o fuera de él, ante toda clase de autoridades, hablando a todos, y al rey el primero, con una franqueza, una energía y una libertad de expresión, que hoy nos resulta extraña y desusada, excesiva para nuestros democráticos oídos modernos.»

Cartas y relaciones familiares

Aunque las cartas privadas se escribían con una proyección íntima, no se mantuvieron estrictamente en ese ámbito. A  veces, por expreso deseo del remitente, estas misivas eran leídas a otros familiares o utilizadas en realidad como prueba administrativa.

El control que la Corona ejercía sobre el paso de individuos, especialmente de los casados, las hizo indispensables para conseguir la autorización que permitiera a un familiar marchar a Indias. Esta es la razón por la cual muchas de ellas se guardan en el Archivo de Indias junto al correspondiente expediente de petición de licencia.

Cartas e informes remitidos desde América

Cartas e informes son documentos en cierto sentido complementarios desde el punto de vista del estudio sociolingüístico. Si las cartas se proyectan sobre las situaciones personales tanto del destinatario como del remitente, los informes se centran en las valoraciones sociales, económicas o administrativas de los territorios de ultramar. Lógicamente, expresan el punto de vista de su autor, quien suele dejar patente sus servicios a la Corona y su opinión personal avalada por la valiosa condición de testigo.

Los informes se hacen en el desempeño de las funciones de los cargos o bien, considerados como documentos en lato sensu, por la obligación que todo aquel que pasara a América tenía de informar a la Corona, de ahí que muchas de ellas comiencen con expresiones formularias, entre las que es frecuente justificar la misiva «para descargo de la real conciencia»:

cartas de particulares

«Por algunas cédulas de v.m. y otras cosas que he visto, he entendido la variedad con que a v.m. informan en lo tocante a esta tierra y naturales de ella y por ventura podría haberlo hecho cada uno por su fin y pretensión. Y porque con gran cuidado lo he tanteado y visto por vista de ojos (que es de adonde nace el conocimiento perfecto) así lo de esta ciudad como mucha parte del distrito en la vista general que salí a hacer, me pareció avisar a v.m. de lo que yo siento y pasa, pues tengo obligación a ello y ha tantos años que sirvo a v.m. en estas partes» (Ldo. Alonso de las Cabezas de Meneses, 1590. AGI Quito 8)

«No dejaré todas las veces que mensajero se ofreciere de dar cuenta a v.al. del suceso de esta conquista…» (Hernando de Benavente, 1550. AGI Quito 20-B)

«…me ha dado fuerza y osadía a hacer esto, para que v.s. ilustrísima me conozca por su servidor y criado y entienda mi sano intento y celoso celo, con que procuro que la conciencia Real sea descargada y la de v.s. no quede menos y la mía, en no avisar el cómo y por qué medio…» (Ldo. Michael de la Torre, 1574. AGI Quito 81)

El estatus del peninsular que llega a América

Son muy numerosas las referencias en las cartas al valor que tenían en Indias las que llegaban desde España; incluso muchos emigrados a Indias dicen a sus familiares en la Península que, si es necesario, mandarán tinta y papel, pero ruegan insistentemente que se acuerden de ellos:

«porque sepa v.m. que una carta de esa tierra se tiene en mucho de ésta, y da muy gran contento» (Isabel Mondragón a su hermano, 1557. AGI I.G. 1219).

¿Escribes cartas hoy? Imagina la tarea de escribir en el siglo XVI, el tiempo y los medios que esta actividad requería.

También puedes oír este contenido en Youtube. 

No olvides suscribirte para no perderte ningún episodio. 🤓


Tags

Cartas, Política lingüística


También te puede interesar...

El cacao de Cervantes
Mujer, humanidades y ciencia
  • Buen dia! Que tan comun era enviar cartas hacia America (particularmente Mexico) desde Espana? Imaginemos un Padre catolico enviandole una carta a una amiga laica. Cual es la probabilidad de que supiera leer la amiga laica, y de que dicha carta fuera escrita? Le doy las gracias de manera avanzada.

    • Buenos días, Omar. Gracias por el comentario. Las cartas de los siglos XVI al XVIII que conservamos en los archivos es porque suelen reclamar que un familiar vaya a América (no sabemos cuántas se escribirían solo para mantener el contacto y contar cómo iba la vida). De México hay muchas aquí en el Archivo General de Indias; seguro que en el Archivo General de México hay más que aún no se han localizado. No tenían una periodicidad, porque e escribe cuando una persona tiene interés en que alguien de la familia se reúna con él o ella en América. En unos casos se conserva una y en otros varias seguidas (cuando el familiar no quería ir o no había respondido a cartas anteriores). No sabemos cuántas cartas personales se escribirían, ni se conservan (excepto en algunos archivos familiares); pero la correspondencia con América era libre y la carta se usó como medio habitual para mantener el contacto y dar recuerdos a los seres queridos que estaban al otro lado del océano.
      En cuanto a la probabilidad de saber leer o escribir, la enseñanza de la lengua española se hace sobre todo en ámbito urbano (colegios para viudas y huérfanas, etc.) y en el mundo rural asociada a la evangelización. Yo diría que era más probable si su amiga vivía en ciudad que en el mundo rural. Muchas gracias por plantear estas preguntas tan interesantes. Un cordial saludo,

  • {"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}

    Suscríbete al boletín mensual

    >