Conceptos básicos

La teoría andalucista sobre el origen del español americano (y II)

por Eva Bravo

20 agosto, 2015
agosto 20, 2015

Las opiniones sobre el origen del español americano se han agrupado en torno a tres hipótesis que han dado lugar a tres teorías:

  • la indigenista
  • la poligenética
  • la andalucista

Hablamos de las dos primeras en una entrada anterior.

La teoría andalucista

La teoría andalucista tuvo una primera formulación en los trabajos de Max L. Wagner (1927, 1930), que observó similitudes entre las tierras bajas de América y la variante lingüística andaluza, por lo que aventuró la llamada teoría climatológica.

En síntesis esta teoría sugiere que los colonos españoles tendían a asentarse en territorios de clima similar al de su región de origen; así se justificaría la abundante aparición de rasgos andaluces en la franja costera americana, frente a la menor incidencia de los mismos en las zonas del interior.

Menendez Pidal

Esta teoría sufrió posteriores matizaciones por parte de otros autores como Ramón Menéndez Pidal (1962), quien señaló la conveniencia de hablar de:

  • tierras marítimas o de flota y
  • tierras del interior

Las tierras marítimas o de flota son aquéllas en contacto habitual con los barcos que llegaban de España. Estas flotas estaban pensadas, organizadas y equipadas en Andalucía y salían del puerto de Sevilla cargadas de mercancías y futuros pobladores.

En los primeros años del descubrimiento los pasajeros eran andaluces o españoles de otra procedencia, pero que tenían que pasar un tiempo considerable en Sevilla mientras preparaban su pasaje.

Las tierras del interior, por el contrario, estaban más próximas a las cortes virreinales a las que llegaban los individuos que iban a desempeñar cargos en la administración indiana y que lingüísticamente eran más afines a los usos cortesanos de la metrópoli.

Teoría andalucista: los datos de la emigración

El apoyo definitivo a la teoría andalucista lo proporciona el estudio de Peter Boyd-Bowman (1964-68) sobre el origen de los primeros pobladores.

El estudio de las listas de pasajeros a Indias le proporciona datos que demuestran que la presencia andaluza en el primer siglo del descubrimiento se mantuvo en torno al 40% y en algunos momentos son muy elocuentes sobre la aportación meridional:

Boyd-Bowmann

«El 81% de todos los nuevos pobladores de México llegados entre 1560-70 procedieron de la parte sur de la península: Andalucía, Extremadura y Castilla la Nueva. Entre 7.218 pobladores identificados, los 3.174 (el 44.0%) eran andaluces, y de estos últimos 2.209 (o sea el 70% aproximadamente) procedían de la provincia (y en la mayoría de los casos de la misma ciudad) de Sevilla» (Boyd-Bowman, 1972:59)

Indudablemente la presencia de andaluces no es igual en todos los territorios americanos, aunque todos ellos recibieron en mayor o menor medida individuos de esa procedencia.

El Caribe fue desde1492 hasta el siglo XVIII, el punto de llegada y de partida del emigrante que llegado desde Sevilla, iniciaba su aventura americana, el lugar en el que los marineros andaluces, vivían durante unos meses esperando que se organizara la flota de regreso. El área caribeña recibió por lo tanto, las características andaluzas de los primeros momentos y la de los siglos siguientes y las difundió hacia el interior del continente a través e las expediciones que desde ella se organizaban.

Los documentos históricos y la teoría andalucista

Un último y definitivo apoyo faltaba a favor de esta teoría: el estudio de los documentos históricos.

Los defensores de la teoría poligenética no tenían posibilidades de conocer los datos de la emigración que proporcionaría P. Boyd-Bowman casi cincuenta los después, pero tampoco se percataron de la antigüedad de los rasgos andaluces en la documentación peninsular, mal conocida hasta hoy.

Dado que tanto Pedro Henríquez Ureña como Amado Alonso encontraban esos rasgos lingüísticos en la documentación americana desde los primeros momentos, era lógico pensar en una solución autóctona y que la deuda con la emigración andaluza era escasa.

Desde los años 70 y hasta la actualidad, el acercamiento a la documentación guardada en los archivos de España y América ha servido para cotejar la datación de los fenómenos y asegurar que los andaluces hunden sus raíces en la época medieval, por lo que perfectamente pudieron ir en el habla de los pobladores americanos.

Y no sólo esto: tenemos constancia de que autores de procedencia castellana como el cronista Bernal Díaz del Castillo, adquieren estos rasgos tras llevar un tiempo en América, prueba de la vitalidad y empuje con que nació esta nueva variedad del español.

Referencias:

  • Boyd-Bowman, Peter: «La emigración peninsular a la Nueva España hasta 1580.» Estudios de Historia del Noroeste. Monterrey: Alfonso Reyes, 1972.
  • Boyd-Bowman, Peter: Índice geobiográfico de cuarenta mil pobladores españoles de América en el siglo XVI. Bogotá, México: Instituto Caro y Cuervo, 1964-1968.
  • Menéndez Pidal, Ramón: «Sevilla frente a Madrid. Algunas precisiones sobre el español de América». Miscelánea Homenaje a Andrè Martinet III, Tenerife: Universidad de La Laguna, 1962: 99-1965.
  • Wagner, Max L.: «El español de América y el latín vulgar.» Boletín de Dialectología Hispanoamericana [Buenos Aires: Instituto de Filología] I, 1930.
  • Wagner, Max L.: «El supuesto andalucismo de América y la teoría climatológica». Revista de Filología Española XIV, 1927: 20-32.



Tags

Andaluz, Sociolingüística, Variedades del español


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