Documentos y textos

La finalidad de las crónicas de Indias

por Eva Bravo

Crónica, historia, comentario, relación, descripción, ... todos estos términos se emplean como sinónimos hasta el siglo XVI y aún algo después, para designar...

"obras cuyo autor daba cuenta de hechos que realmente habían acontecido"

Las Ordenanzas de Ovando pretendían que elconsejo de Indias, institución que desde su nacimiento en 1524 es "el supremo órgano asesor del monarca en los asuntos indianos", contara con la mayor cantidad y más variada información que fuera posible, gracias a la obligada colaboración de todos los que pasaron al Nuevo Mundo.

Precisamente a partir de esta misma fecha de las Ordenanzas va a aparecer otro vehículo para la narración de los hechos históricos, año en el que el tema de la conquista de América entra en la literatura en el molde de la épica culta con La Araucana de Alonso de Ercilla.


La lengua en la que se vierten estas historias y descripciones de Indias, reflejará el constante esfuerzo del autor por dar a conocer a lectores lejanos lo que él ve y sabe por experiencia directa. El español áureo, complementado con la progresiva adopción de indoamericanismos, constituye el código mediante el cual expresan los descubrimientos geográficos, las culturas indígenas y los nuevos usos que impone la incipiente vida criolla.

En el aspecto fonético-fonológico surgirán las características del español meridional y los vulgarismos extendidos por toda la Península, que parecen arraigados en el habla de muchos de los escribanos y particulares que redactan estos textos, aunque en ocasiones no podamos asegurar su autor por las dificultades textuales o carencias archivísticas antes mencionadas.

La introducción en estas descripciones de Indias del elemento etnográfico, de la curiosidad por los detalles etnográficos en estas descripciones de Indias, rompe el molde clásico de la historia, (aunque algunos autores como G. Vázquez Chamorro señalen todavía la ausencia de este interés en los soldados cronistas de la primera época).

A impulsos de la curiosidad general por las exóticas y lejanas tierras que iban apareciendo, el historiador emprende, con ánimo ya científico, la pintura de lugares, faunas y floras, costumbres y tipos humanos. Las historias van a contar los sucesos pero de manera indisoluble se van a recrear en descripciones geográficas, botánicas, astronómicas, etnográficas e incluso lingüísticas.

Frente a nuestra excesiva especialización actual, nos parece casi una osadía cómo estos hombres pretendían observar y explicar todos los fenómenos de la naturaleza, sentidos como un todo universal e intrínsecamente unido, sin las separaciones tan radicales de las ciencias actuales.

Un rasgo que aparta a estas descripciones y crónicas de la tradición medieval es que no se observa una clara observancia en la distinción de los dos modelos retóricos que estaban establecidos: el de la historiografía renacentista y el forense, sino una mezcla de ambos, con la concurrencia de recursos novelescos que ayuden a justificar la narración.

Evolución similar ocurre con las descripciones, que de ser meras ampliaciones retóricas en época medieval -como señala Cionarescu-, pasan a constituir un aspecto indispensable, gracias al desarrollo de una perspicaz observación. Así, el cronista se detiene en ellas impregnándolas de un cierto carácter ponderativo y en ocasiones hiperbólico, al hablar de los elementos geográficos con los que se enfrenta el descubridor, poniendo siempre de relieve las dificultades de la experiencia y consiguiendo al mismo tiempo párrafos de lograda plasticidad:

"fue marchando el canpo por las más hondas y espantosas c;ierras y quebradas que pasamos en aquella provinc;ia; eran de estraña escuridad y peñolería, de manera que goc;an poco de la claridad y luz del sol".

El adjetivo antepuesto juega en estos casos un relevante papel expresivo:

"resonando el eco de sus coléricas bases en las c6ncabas y alturas de los espantosos rriscos, quebradas y peñas. [ ... ] diversas y hondables sierras altísimas, rriscos y peñolería, que por su altura y espantable ondura era el retunbido estraño"

La finalidad de las crónicas y descripciones es, sin lugar a dudas, de tipo práctico.

No se trata de heroicas hazañas que confieren honra y renombre a los cortesanos, y conquistan la mano de esquivas doncellas [...], sino de heroicas hazañas que granjeaban oficios y prebendas en la efervescente sociedad de la época".

R. González Echevarría

Por esto, probablemente, pese a que el asunto que narran merezca un tono noble y elevado, ya que de grandes hazañas se trata, el autor cambia frecuentemente de registro a lo largo de ella y la inicia y termina con las fórmulas de humildad propias de la época, con un cierto eco de los juegos de palabras propios de los libros de caballería que parodiaba Cervantes:

miguel de cervantes

"E aunque es evidencia y notoriedad mi propio caudal, talento, esperiencia, estudio y exercicio de letras, e propuesto ser atrebido a ponerme en el peligro de la culpa de que pueda y deua ser culpada del juizyo a que my atreuimyento me pone al rriezgo de diuersas opiniones". 

 

En otros momentos, dilatan la narración deteniéndose los autores y haciendo gala de sus conocimientos retóricos y literarios, en el elogio de ciertos temas como la experiencia, tópico del que se van a valer además los autores indígenas y criollos que, por su nacimiento y crianza, afirmarán ser ellos los más capacitados para conocer, comprender, explicar y llevar a cabo las empresas de Indias. Tal es el caso del Inca Garcilaso que en "Proemio al lector" de sus Comentarios Reales justifica el valor de su narración:

Inca Garcilaso 

"Aunque ha habido españoles que han escrito las repúblicas del Nuevo Mundo, como la de México y la del Perú, y la de otros reinos de aquella gentilidad, no ha sido con la relación entera que de ellos se pudiera dar que lo he notado particularmente en las cosas que del Perú he visto escritas, de las cuales, como natural de la ciudad del Cozco, que fue otra Roma en aquel tiempo, tengo más larga y clara noticia que la que hasta ahora los escritores han dado"

La redacción de estos documentos indianos venía, en todo caso, favorecida por el Estado que desde 1532 promovía el envío a la metrópoli de relatos e informaciones sobre lugares, costumbres y cosas de las Indias. A partir de entonces se sucederán disposiciones para la remisión de estos materiales a la Corona, ordenándose en 1573 que

"los descubridores por mar o tierra hagan comentario o memoria por todo lo que vieren y hallaren y les aconteciere en las tierras que descubriesen, e todo lo vayan asentando en un libro" 

Ordenanzas del Bosque de Segovia

al tiempo que se tornaban ciertas precauciones para garantizar la veracidad de las historias; de ahí que, si se creía necesario, no dudaran en prohibir las que no consideraban escritas conforme a la autenticidad de los hechos, o bien aquellas que lesionaban la imagen del Estado.


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Comentario de textos, Crónicas y cronistas


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