Conceptos básicos

Hablamos el mismo idioma

por Eva Bravo

Hablamos un mismo idioma. Esto es lo que nos hace ser miembros de una misma comunidad idiomática que, con sucesos históricos y sociales diferentes a ambos lados del Océano, nos permite comprendernos y compartir una herencia cultural.

La percepción lingüística del hablante

Esa es la impresión que tienen un hablante de cualquier país hispanoamericano y un hablante de España cuando intercambian una comunicación en la que la lengua española se utiliza de diferente manera, poniendo en marcha recursos lingüísticos diferentes, pero que crea sin duda un vínculo común.

La intuición del hablante popular percibirá diferencias fundamentalmente entonativas, que no sabe describir muy bien, pero que otorga una cualidad más musical a la entonación del español americano.

Según sea la procedencia del hablante peninsular y del americano, se sentirán más o menos identificados: si es andaluz o canario, sus similitudes serán mayores con el hispanohablante que si procede del norte de España, con quien no compartirá ciertas características fonéticas o la valoración sociolectal de algunos rasgos.

En cuanto a la morfosintaxis, pocas son las diferencias y estas aparecerán sobre todo en el lenguaje más familiar, al igual que le ocurre al léxico. Curiosamente, ambos se tienen aprecio sociolingüístico: muchos hablantes de la península ibérica piensan que en América se habla una lengua más pura, más ajustada a los usos correctos, mientras que el hablante americano sigue viendo en la norma peninsular un modelo por ser la cuna del idioma.

Variación lingüística en español

La variación lingüística es inherente a una lengua de expansión histórica y geográfica tan amplia como el español. Por una parte, dentro de España hay discordancias lingüísticas muy notables, hasta el punto de que un hablante español del sur puede sentirse más vinculado con el hispanoamericano, con el que comparte rasgos de pronunciación e incluso de morfosintaxis, que con un hablante norteño, cuya articulación de las consonantes establece una diferenciación más acusada. El caso extremo es Canarias: el hablante de algunas zonas de estas islas puede «ser confundido» con un venezolano o un caribeño incluso por los propios peninsulares, ya que la coincidencia entonativa y de articulación puede resultar sorprendente.

De otra parte, dentro del continente americano hay también radicales diferencias en la articulación de consonantes y vocales, en los usos morfosintácticos y en la entonación y el léxico. Estos últimos factores sin duda por directa influencia de sustrato indígena y por el contacto que del español y lenguas autóctonas en la actualidad.

Tierras altas y tierras bajas

Haciendo una simplificación, extrema pero útil, podemos decir que se percibe una pronunciación distinta entre:

  • las llamadas «tierras altas» de América (cordilleras y altiplanicie), de consonantes tensas y vocales breves e incluso elididas;
  • las «tierras bajas» (costas e islas) donde por el contrario son las consonantes las que se articulan con extremada relajación, hasta el punto de que pueden llegar a perderse mientras las vocales se alargan o abren reforzando su articulación.

Esta era la división tradicional de Menéndez Pidal.diferencias geográficas del español

Desde este punto de vista, las tierras altas americanas coinciden en general más con la pronunciación del norte de España; las tierras bajas con las variedades lingüísticas peninsulares del sur: el andaluz y el canario.

Esto es así hasta tal punto que se ha defendido la existencia de una variedad lingüística llamada español atlántico (Diego Catalán 1958), que comprendería las características del español de América y del andaluz y canario. De esta forma se constituye un macrodialecto que cuenta hoy con un abrumador número de hablantes (98%) (Lapesa 1985:43).

Incluso los hablantes de tierras altas americanas coinciden parcialmente con esta variedad meridional de la península en usos de pronunciación (seseo, yeísmo, etc.) o de morfosintaxis (ustedes), en los que se apartan radicalmente de los usos castellanos norteños (Lapesa 1985:52).

Hablamos el mismo idioma. De cómo se ha llegado a esta situación y cuál es su estatus respecto a la norma estándar peninsular, vamos a hablar en próximas entradas.

Referencias:

  • Catalán, Diego. «Génesis del español atlántico. Ondas varias a través del océano». Revista de historia canaria. 24 (1958) :233-242.
  • Lapesa, Rafael. «Orígenes y expansión del español atlántico». Rábida 2, 1985: 43-54.


Tags

Andaluz, Gramática, Ortografía y pronunciación, Política lingüística, Sociolingüística, Variedades del español


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