En textos literarios andaluces y americanos del XVI se encuentra tú como tratamiento en los casos que vamos a ver a continuación.
Para documentar estos usos, utilizo obras literarias que tratan de recoger el lenguaje oral de la época, como las de Mateo Alemán, Lope de Rueda o Francisco Delicado.
1. Como marcador social
Es el tratamiento habitual entre personas de baja condición social y hacia inferiores: en los pasos de Lope de Rueda aparece entre ladrones, entre el paje y el bobo, etc.
Mateo Alemán lo pone en boca de cuadrilleros y es el que generalmente recibe el pícaro Guzmán; en La Lozana es común entre comadres, vecinas, así como entre la Lozana y las mujeres de su misma condición.
Si entre iguales que se tutean, se utiliza en un determinado momento vos. Este irá cargado con toda certeza de un fuerte contenido irónico o jocoso que puede venir reforzado con la mención del nombre propio del interlocutor, precedido de algún otro tratamiento (Eufemia, pág. 58):
Cristina: «Haría mejor a buena fe, señor Melchior Ortiz, de mirar por aquel cuartago.«
Con una finalidad semejante se observa el uso de la 3ª persona; así, cuando Melchior se burla de la vieja Ximena, utilizará invariablemente la expresión la señora (Eufemia, págs. 56-57):
Melchior:»¿Cómo quiere la señora que no se peguen a ella los moxquitos, si de ocho días que tiene la semana se echa los nueve hecha cuba?
Ximena: […* ¡Ay! Plegue a Dios que en agraz te vayas.
Melchior: ¿En agraz? A lo menos no le podrán comprender a la señora esas maldiciones, aunque me perdone.
Ximena: ¿Por qué, molde de bodoques?
Melchior: ¿Cómo se puede la señora chupa de palmito ir en agraz, si a la cantina está hecha uva?
Ximena: ¡A osadas, don mostrenco, si no me lo pagárades!
Melchior: Pase adelante la cara de mula, que tiene torozón.»
2. Como tratamiento familiar o amoroso
Lo usan personas entre las que hay un lazo familiar o amoroso:
- De tú se hablan la madre de Guzmán y su protector: «Por tus ojos, niña, que me pesa de habello hecho» (pág.129); así como los amantes Clorinda y Dorido (Guzmán, pág .470 y sigs.).
- Entre los hermanos Eufemia y Leonardo (Eufemia, págs.53 y 54):
Eufemia: ¡Qué! ¿Todavía estás determinado de caminar sin saber a dó? […] Mi hermano eres, pero no te entiendo…»
Leonardo: Cara y amada Eufemia, no procures de estorbar con tus piadosas lágrimas lo que tantos días ha que tengo determinado.
Una muestra de que el tuteo era la forma preferida entre amantes se encuentra en la escena final de esta obra, cuando la protagonista tutea a su supuesto amante en tanto que éste niega tal relación y le contesta con vos (Eufemia, pág.126):
Eufemia: ¡Ay, traidor! ¿Que tú no has dormido conmigo?
Paulo: Que digo que no vos conozco ni sé quién sois.
La pareja Lozana-Ranpín, sin embargo, emplea en sus primeras relaciones vos, pero conforme avanza la narración se impone el tuteo; no es éste un caso de adquisición de confianza entre los amantes, más bien se corresonde de forma paralela con el proceso de degradación que sufre el personaje de Rampín hasta convertirse en un simple criado. La Lozana empieza ya a hablarle de tú en el mamotreto XIX, delante del Valijero, mientras que a solas acababa de utilizar vos (Lozana, págs. 268-269):
Lozana: Fues hacé vos ansí siempre, que hinchirenos la casa a tuerto y a derecho. Eso me place, que sois hombre de la vida y no venís vacío a casa […].
Ranpín: No curéis, que a todome hallaréis, salvo a poco pan.
Lozana: Vuestra merced sea bien venido, como agua por rayo […].
Lozana a Ranpín]: Daca el aguapiés. Muda aquellas sábanas. Toma esa cabellera. Dale el escofia. Descalza a su merced. Sírvelo, que lo merece, porque te dé la bienvenida.
Y más adelante, cuando todos lo consideran cono un simple criado («Decí vuestra ama, no os avergoncéis», pág.339) , el tuteo será general en público y en privado; el uso de vos sólo será señal de enojo:
Lozana: «¿Qué queréis? ¿Por dineros venís? ¡Pues tan blanco el ojo! ¿No’s di ayer tres julios? ¿Ya los gastastes? ¿So yo vuestra puta? ¡Andá, tornaos a casa!» (pág.340)
3. Entre iguales de condición superior:
– Fernando de Alva lo pone en boca de embajadores: «¿A qué vienes aquí? ¿qué embajada es la que traes? quiro saber de ello y ¿sabes a quien se la traes?» (pág.240)
– Las Casas lo utiliza entre soldados: «Préstame un cuarto de un bellaco desos para dar de comer a mis perros…» (pág.136)
4. Tratamiento para un inferior
De superior a inferior, excepto en el caso del Rey, que se dirige a sus súbditos con un vos arcaizante:
«…e queriendos honrar e faser merced por lo susodicho, es nuestra merced e voluntad que vos el dicho Christóbal Colón… «(Historia del Almirante, pág.155)
«Por cuanto por parte de vos, el gobernador Álvar Núñez Cabeza de Vaca, vecino de la ciudad de Sevilla, hicisteis relación diciendo que vos habíades compuesto un libro…» (pág.145)
5. Del autor al lector
Tú es la forma con la que se dirige el autor al lector tanto en el Guzmán como en la Lozana, o con la que personajes gentiles hablarán a reyes o personas de dignidad; de esta manera, siguiendo el gusto clásico, Daraja e Isabel la Católica se tutean (Guzmán, pág.199): «Ya entenderés, Daraja, lo que deseo tus cosas y gusto. En parte de pago dello te quiero pedir una cosa en mi servicio […]. Daraja le respondió: Haré con entera voluntad lo que tu Alteza me manda».
Un indio tutea al gobernador en la crónica de Ruy Dlaz de Guzmán: «…vengo enviado de tu hermano el capitán Ruy Díaz […] a decirle que le socorras con gente española […],,y para poder llegar a tu presencia, me ha sido preciso venir con disimulo por entre estos pueblos rebeldes».
Sin embargo, este usos cambia sensiblemente en el teatro, donde hay una traslación de la situación comunicativa. De esta forma, Lope de Rueda, en el introito que hace a algunas de sus piezas no sólo trata a su público de «vuestra merced», sino que les dedica las más elevadas cortesías para captar su benevolencia: «generoso auditorio «, «nobles auditores», «ilustres y agradescidos Señores», «muy magníficos señores», etc.
6. Para seres irreales o conceptos
Las exhortaciones a entes irreales, ciudades o patrias, y las exclamaciones en general:
«¡Oh, epicúreo, desbaratado, pródigo, que locamente dices comer tantos millares de ducados de renta…!»(Guzmán, pág.252)
«¡Ah, ah, España! ¡Amada patria, custodia verdadera de la fe! ¡Téngate Dios de su mano…!»(Íd., pág.401)
7) Y, finalmente, tú es la forma general en los refranes y expresiones sentenciosas muy abunantes en La Lozana, de acuerdo con el gusto renacentista: «por do fueres, de los tuyos halles»; «…que, corno dice el judío, no me veas mal pasar, que no me verás pelear»; «¡A tu tía, esa zanpoña!»; «Ve do vas, y como vieres, ansí haz, y como sonaren, así bailarás»; «…pues año de veinte e siete, deja a Roma y vete», etc.
Fuentes primarias:
- Alemán, Mateo (1984) Guzmán de Alfarache, I, ed. D. Brancaforte, Madrid: Cátedra.
- Alva Ixtlilxochitl, Fernando de (1985), Historia de la nación chichimeca, Mdrid: Historia 16.
- Colón, Hernando (1984) Historia del Almirante, Madrid : Historia 16.
- Díaz de Gumán, Ruy (1986), La Argentina, Madrid: Historia 16.
- Delicado, Francisco (1985), La Lozana Andaluza, ed. C. Allaigre, Madrid: Cátedra.
- Las Casas, Bartolomé de (1986), Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Madrid: Sarpe,
- Lope de Rueda (1976) Teatro Completo, Barcelona: Bruguera, 2ª ed.
- Núñez Cabeza de Vaca, Álvar (1984), Naufragios y comentarios, Madrid: Historia 16.