¿Cómo pasó Cristóbal Colón el fin de año? Tal día como ayer, en 1492, el Almirante Cristóbal Colón comió con Guacanagarí y su corte, e intercambiaron regalos y adornos.
Hoy 31 de diciembre, se prepara para el retorno a España. Colón está indeciso y aunque de una parte quiere proseguir la expedición, de otra teme no contar con apoyo si son atacados y perder definitivamente la única nave que queda. La marcha tenía como objetivo informar a los Reyes e iniciar ya la estructura de viajes y descubrimientos que generara actividad mercantil.
Aqueste día se ocupó en mandar tomar agua y leña para la partida a España, por dar noticia presto a los Reyes, para que enviasen navíos que descubriesen lo que quedaba por descubrir, porque ya el negocio parecía tan grande y de tanto tomo que es maravilla, dijo el Almirante, y dice que no quisiera partirse hasta que hubiera visto toda aquella tierra que iba hacia el Leste, y andarla toda por la costa, por saber también diz que el tránsito de Castilla a ella, para traer ganados y otras cosas. Mas como hubiese quedado con un solo navío, no le parecía razonable cosa ponerse a los peligros que le pudieran ocurrir descubriendo. Y quejábase que todo aquel e inconveniente [provenía] de haberse apartado de la carabela Pinta.
El 1 de enero inicia los preparativos, recogiendo muestras de ruibarbo, una planta que Vicente Yáñez había encontrado en la isla Amiga dos días antes.
A media noche despachó la barca que fuese a la isleta Amiga para traer el ruibarbo. Volvió a vísperas con un serón de ello; no trujeron más porque no llevaron azada para cavar; aquello llevó por muestra a los Reyes. El rey de aquella tierra diz que había enviado muchas canoas por oro. Vino la canoa que fue a saber de la Pinta y el marinero y no la hallaron. Dijo aquel marinero que veinte leguas de allí habían visto un rey que traía en la cabeza dos grandes plastas de oro, y luego que los indios de la canoa le hablaron se las quitó, y vido también mucho oro a otras personas. Creyó el Almirante que el rey Guacanagarí debía de haber prohibido a todos los que no vendiesen oro a los cristianos, que pasase todo por su mano. Mas él había sabido los lugares, como dije antier, donde lo había en tanta cantidad que no lo tenían en precio. También la especiería que como comen, dice el Almirante, es mucha y más vale que pimienta y manegueta. Dejaba encomendados a los que allí quería dejar que hobiesen cuanta pudiesen.
El día 2 deja en la Española a 39 hombres con semillas, mercaderías para canjear, bizcocho par aun año y vino y zarpa definitivamente el día 4. No encontrará a ninguno de ellos cuando regrese el 22 de noviembre de este mismo año.Poco sabemos de la Navidad de 1494, en la que el Almirante está construyendo la Isabela y estuvo enfermo, por lo que interrumpió su diario. A principios de año, Colón está de nuevo en la Española y a ella llegó en junio su hermano a quien nombró Adelantado de las Indias.Se inicia a partir de entonces la expansión estable por América.