Documentos y textos, Historia del español

Por qué estudiar documentación de los siglos XVI y XVII

por Eva Bravo

La literatura española de los siglos XVI y XVII es absolutamente extraordinaria. No cabe duda de que todos los esfuerzos dedicados a  conocer las obras y autores, ayudan a comprender la esencia de España y su proyección en la literatura universal.

Sin embargo, para conocer la lengua en toda su variedad y dimensión, con frecuencia hemos de volver la vista a otro tipo de documentos y textos de factura más utilitaria y, en muchos casos, humilde.

En efecto, en los siglos XVI y XVII es tal el dinamismo social y la pluralidad de circunstancias históricas, que  provoca un aumento en la producción textual de forma significativa. No solo hay nuevos hechos históricos y escenarios sociales -América, la emigración, las relaciones políticas en Europa, el comercio, etc,-, sino que todo ello requiere ser contado, narrado,  y cumplir con una finalidad informativa con relativa rapidez en las comunicaciones.

La documentación no literaria

Por todo esto, la documentación no literaria de los Siglos de Oro ofrece una riqueza y una variedad tal que no podremos encontrar un momento comparable en nuestra historia lingüística hasta el boom de la comunicación en el siglo XX.

La variedad se sustenta por la cantidad de tipos documentales que se utilizan y la gran cantidad de modificaciones que se introducen en la tipología documental, ya conocida y utilizada en época medieval. La riqueza viene dada porque el texto archivístico se adorna, se hace más flexible y da cabida sin recelo a la participación directa y personal de su autor.

Se podría decir que el documento se hace más a al medida del usuario y sus necesidades que a la inversa. Riqueza y variedad se muestra también en la diversificación de autores de los textos.

La documentación americana

La necesidad de escribir desde América, hace que tome la pluma cualquier individuo a poco que se maneje en el arte de las letras, por torpe o inexperto que sea.

En efecto, la empresa indiana va a ser la principal responsable de esta gran proliferación documental, ya que la gran máquina burocrática puesta en marcha por Carlos I y definitivamente organizada por Felipe II, dará lugar a un incomparable mecanismo de información que hará posible conocer y gobernar las tierras recién descubiertas, siempre contando con los imponderables de la distancia y las dificultades de la comunicación.mapa América

La Corona española exigirá de todos los pasajeros a Indias -tanto los particulares como los que iban a desempeñar algún cargo oficial- la obligación de informar sobre lo que allí suceda.

Y lo que quizá no sabía el descubridor o el poblador de ese Nuevo Mundo es que de sus informaciones y descripciones de la tierra iban a desprenderse los datos que servirán tanto para dictar las disposiciones y Leyes de Indias, como para la elaboración de la crónica oficial de los nuevos descubrimientos. Es, por ejemplo, el caso de la crónica de Juan López de Velasco, cronista y cosmógrafo mayor del reino, que elabora a partir de toda la documentación que le llega  una Geografía y descripción universal de las Indias.

Fuentes documentales originales e historia de la lengua

Uno de los privilegios que tiene el manejo directo de fuentes documentales originales es poder percibir sin intermediarios, sin interpretaciones de otros autores y sin deformaciones personales,  el contenido que guarda cada documento y todo lo que éste lleva implícito.

A veces no percibimos toda su información, quizá porque no conocemos exactamente su contexto y su situación, o su emisor y su receptor y, desgraciadamente, casi siempre no por ignorancia de la ciencia actual, sino porque los avatares de la historia y de la conservación archivística no han podido evitar algún percance o deterioro a través de los siglos. En este sentido, la documentación indiana guardada en el Archivo de Indias es un material privilegiado por su ordenación, tratamiento y conservación a través de los siglos.

¿Qué es un documento histórico?

El documento histórico es un texto informativo que obedece a un contexto y que tiene siempre una finalidad, por lo que su gestación y diseño persigue una meta claramente utilitaria. Pero aun en los casos en que carezcamos de una información básica como es autor y fecha, otros elementos como el texto, el papel, la calidad de la letra, la tinta de la pluma, etc. también revelan características del documento: el nivel sociocultural del autor, su formación y procedencia lingüística, su situación en el momento del acto de escritura, las prisas o la minuciosidad de su tarea repasada y corregida, el interés personal o la escritura por encargo, etc.

Por ello, sentarse ante un documento, leerlo, analizar sus letras y sus voces, es una experiencia que nos enfrenta con la historia, nuestro idioma, y las pasiones y preocupaciones de individuos que nos precedieron. Nada como esa experiencia para conocer tu idioma y tu cultura.

En próximas entradas analizaremos algunos de los portales que te permiten acceder a esta documentación de manera accesible. Aunque, créeme, ¡nada como ir al archivo….!


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Cartas, Comentario de textos, Sociolingüística


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