Hay dos rasgos de pronunciación que destacan a un hablante americano: el seseo y el yeísmo, sobre todo si la pronunciación es con rehilamiento. Veamos hoy en qué consisten estos rasgos.
El seseo
La realización s es única, general y prestigiosa (donde la norma castellana peninsular tiene una distinción entre s dental o alveolar) y z (interdental).
Desde los primeros momentos se adoptó esta solución simplificadora de la distinción castellana: casa/caza, poso/pozo, caso/cazo. La realización única [s] en estos y otros dobletes no provoca confusiones de significado, ya que es el propio contexto gramatical o de situación el que con frecuencia desambigua el significado de la palabra: «Vamos a casa» (‘edificio’) / «Vamos de casa» (‘acción de cazar’).
La articulación de esta /s/ tiene variedades en cuanto a modo y punto de articulación, con realizaciones muy próximas al timbre ceceoso que se pueden escuchar en El Salvador, Honduras, Nicaragua, Venezuela (costa) y con menor frecuencia en localidades de Puerto Rico, México y Colombia.
El tipo de /s/ más extendido, la predorsal convexa, es el más difundido en el sur de España y prestigioso en Sevilla.
Puedes oír a esta hablante salvadoreña de la Joya del Cercén cómo pronuncia [θ].
El yeísmo y el rehilamiento
La distinción de los dos fonemas palatales castellanos lateral y central (es decir, se pronuncia de forma distinta la grafía ll de la y) se mantiene en algunas zonas de Colombia, Ecuador, Perú y Chile, donde es realización prestigiosa.
Sin embargo, son muy extensas las regiones yeístas con neutralización en una única realización palatal central [y] que puede tener variantes articulatorias que caminan hacia el debilitamiento de esta consonante y otras que constituyen un refuerzo de la misma.
Realizaciones del sonido palatal
La palatal [y] llega a articularse prácticamente como una semivocal [i] o semiconsonante [j] en el norte de México y en Nuevo México, en casi toda Centroamérica, costa atlántica de Colombia y costa norte de Perú.
Se trata de un proceso de desconsonantización de /y/, es decir, una disminución de la tensión articulatoria que se produce sobre todo en el contexto intervocálico, lo que hace que no se produzca la fricción que distingue [y] de [i]: cuio (‘cuyo’), poio (‘poyo’, ‘pollo’), maior (‘mayor’).
En las hablas chicanas o en los dialectos del suroeste de los Estados Unidos, el debilitamiento llega al extremo de que no se pronuncia la palatal, sobre todo cuando está en contacto con las vocales palatales del español /e,o/: tortía (‘tortilla’), cuchío (‘cuchillo’), ea (‘ella’), etc.
Puedes escuchar una muestra de este debilitamiento articulatorio en este hablante guatemalteco.
El rehilamiento
Por el contrario, el llamado rehilamiento es un refuerzo articulatorio ya que consiste en realizar la consonante palatal con una fricatización sonora, tensa y estridente.
Es muy característico de Argentina y Uruguay, pero se encuentra también en otras zonas de Centroamérica, México, Colombia y de manera dispersa en otros territorios.
En determinados momentos y normalmente por énfasis o emotividad, puede aparecer en hablantes de otras zonas y del mediodía peninsular, aunque nunca con la frecuencia e intensidad que podemos oír en la zona rioplatense. Puedes escucharlo aquí.
Rehilamiento con realización sorda
Esta realización existía ya en el siglo XVIII y es prestigiosa, pero tiene una variante ensordecida que se articula sin vibración de las cuerdas vocales.
Es un fenómeno variable, que no está condicionado por el contexto fónico; más bien guarda relación con factores sociolingüísticos como clase social, sexo, edad y registro popular. En la capital de Uruguay, Montevideo, aparece más entre mujeres que entre hombres y es más característica del habla popular; en Bahía Blanca (Argentina) es muy peculiar y propia del habla de mujeres jóvenes.
¿Con cuál de esos usos te identificas más? Yo seseo y soy yeísta, ¿y tú?
El yeísmo es a mi juicio de origen portugués. En 1610 Buenos Aires tenía 5000 habitantes de los cuales 3100 eran portugueses brasileños. Si observamos como loa argentinos pronunciamos llegada o lluvia y lo comparamos con las portuguesas chegada y chuva vamos a ver que la pronunciación es similar y así en otras.
Roberto Oscar Britos
Buenos Aires, Argentina
Muchas gracias por su comentario, Roberto. No dudo que el contacto con el portugués haya fomentado este rasgo y en espacial el sonido que tiene en algunos territorios. Sin embargo, el hecho de que esté documentado ya en el mozárabe de España y la extensión que tiene en el español peninsular desde entonces, me hacen pensar más en un origen endonormativo del propio español.
Gracias por su opinión y un cordial saludo, Eva